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Mi secreto para eliminar la ansiedad

Mar 19, 2019

 

Mientras meditaba sentada por 10 horas seguidas sobre un tapete de bambús, en una choza llena de humo en una exuberante selva Colombiana, mientras la líder de la meditación hacía los cánticos y  golpes rítmicos del tambor, yo solo podía pensar en una cosa: cuanto me dolía mi cuerpo.

Había venido a este retiro de meditación de 24 horas, con la intención de liberar un poco los nudos causados por la ansiedad que ha estado volviendo a mi vida a medida que crece la demanda de mi tiempo y energía por mi negocio.

Yo quería descansar y rejuvenecer, re-conectarme con la energía de mi corazón (en oposición a la energía del hacer-hacer-hacer que había estado viviendo últimamente) y para tener algo de perspectiva y profundidad sobre como podía reestructurar mis modelos mentales para liberar el control y permitirme más espacio para que las cosas fluyan si que tenga que empujarlas tan fuerte.

Al final obtuve aquello por lo que fui y más, pero el proceso fue muy distinto delo que había esperado.

Eramos un grupo muy intimo de 4 mujeres y un valiente hombre, casi confinados en una choza por 10 silenciosas horas sin comida ni agua. Podíamos sentarnos o acostarnos, pero no podíamos dejar la choza mas que para usar el baño rápidamente y regresar. Cualquier pensamiento o sentimiento que llegara a nuestras mentes durante la meditación debía ser  simbólicamente lanzado al fuego que ardía en el centro de la choza y la llenaba de humo.

La líder de la meditación era muy estricta sobre estas reglas y hacía comentarios de desaprobación cada vez que hablábamos a los otros o nos reíamos o íbamos al baño.

«¿Porqué va tanto al baño?” nos preguntaba. “¿De que está tratando de escapar?»

Vine a este retiro esperando conexión espiritual y una reflexión profunda, pero me encontré a mi misma en furia por esta “controladora y juzgadora” mujer sabia. Mi rebelde interna salió con todas sus fuerzas y me encontré a mi  misma riendo burlonamente y hablando (y yendo al baño!) mucho más de lo habitual. Hasta me escabullí para tomar un mordisco de una manzana que había llevado.

También comencé a notar un montón de dolores pequeños. Parecí no poder estar a gusto sin importar como me sentara o me acostara. Algo siempre me dolía o me halaba y no había nada más que hacer que quedarse ahí y ser consciente de eso.

Después de una tortuosas horas de retorcerme y maldecir a la sabia mujer de mi cabeza, tuve la epifanía por la que había venido:

No me siento a gusto en mi cuerpo. Nunca.

Así coma de manera saludable (mientras hago algo más), así me ejercite y haga estiramientos (mientras enfoco mi atención en una llamada telefónica o una emisión en la web), generalmente ignoro a mi cuerpo.No pongo atención cuando tiene pequeños dolores o molestias y gasto la mayor parte de mi tiempo y energía en enfocarme en mi mente, mirando de vez en cuando a mi corazón.

No habito mi  cuerpo realmente.

A menudo no escucho su sabiduría expresada a través de sutiles cambios energéticos y sutiles dolores y molestias.

Yo le permito a mi cabeza liderar el show y «dilucidarlo todo» muy a menudo.

¿Puede ser esta la raíz de mi ansiedad?

Regresé a casa del retiro decidida a hacer algunos cambios. Mi cuerpo quería asegurarse que fuera fiel a mis palabras y continuó doliendo y expresando su cansancio por dos días después del retiro. Solo en caso de que decidiera abandonar los cambios.

Aquí están los cambios que he decidido hacer (y me he apegado a ellos de manera rigurosa):

1. Poner atención a mi cuerpo

Cada mañana cuando me levanto, me tomo un minuto o dos para escanear todo mi cuerpo con mis manos, enfocándome y siendo consciente de cada parte y de los principales sistemas de órganos y de agradecerles por el trabajo que hacen, el cual me permite vivir y hacer lo que quiero hacer en este mundo.

También estoy haciendo consiente el poner atención a como se siente mi cuerpo mientras me baño, cuando aplico crema, cuando me visto y los materiales suaves tocan mi piel.

Todo esto me está conectando con los placeres sensoriales de mi cuerpo y el júbilo de  mi naturaleza sensual.

2. Comer conscientemente

He estado ocupando los primeros 5 minutes de cada comida en silencio, saboreando realmente la comida y advirtiendo como se siente comerla. ¿Cómo son los olores?, las sensaciones de anticipación mientras la saliva comienza a fluir; ¿cómo son las texturas y sabores mientras la comida toca mi paladar?, ¿Cuanto mastico antes de tragar?, ¿Cómo me siento en mi cuerpo luego de comer?

3. Moverme de manera consciente

Así esté haciendo otras cosas, mientras camino hacia donde voy o subo las escaleras, sigo haciendo consciente el notar como se siente mi cuerpo con esos movimientos; ¿Está cansado?, ¿energizado?, ¿se está despertando?, ¿está pidiendo un descanso?

También he comenzado a realmente pone atención a como se siente mi cuerpo cuando hago estiramientos o mis posiciones de  yoga cada día. Esto me ha ayudado a apreciar la flexibilidad de mi cuerpo y a notar que mi cuerpo se siente diferente de un día a otro y de un momento del día a otro.

 

4. Haciendo polo a tierra con mi energía 

Me he hecho el propósito de levantarme varias veces al día, especialmente cuando estoy escribiendo, organizando un taller o resolviendo un reto (lo cual mantiene mi energía centralizada en mi cabeza), al levantarme hago consciente el sentir el suelo bajos mis pies y visualizar mi energía moviéndose desde mi cabeza, a través de todo mi cuerpo hacia la base de mis pies y entrando a la tierra. Esto me ayuda a salir de mi mente y reconectarme con mi cuerpo, haciendo un polo a tierra con la Madre Tierra.

Inmediatamente mis preocupaciones se aminoran y cualquier sensación de ansiedad que esté experimentado. Creo firmemente que el génesis de mi ansiedad está en mi cabeza.

 

5. Hacer algo con la información que mi cuerpo me está dando

Con cada decisión que tomo, estoy aprendiendo a honrar las necesidades y pedidos de mi cuerpo. Cuando estoy cansada, dejó lo que estoy haciendo y tomo una siesta reparadora de 30 minutas en vez de ir por una taza de café. Cuando mi cuerpo necesita descansar, paro mi rutina de entrenamiento y salgo a dar un paseo agradable.

Cuando desea moverse, subo las escalera a nuestro apartamento en el décimo piso; si me pide carne roja, como un poco (aunque llevo una dieta casi vegetariana) y a la mañana siguiente me aseguro de tomar un suplemento de hierro. Si mi cuerpo esta cansado en la noche, luego de que mis hijas se han ido a dormir, paro todo el trabajo y solo me tomo un tiempo para leer o ver una serie en Netflix. Si hacer juicios, solo lo escucho.

Les puedo decir honestamente que estas prácticas no solo han disminuido mi ansiedad,sino que me han permitido sentirme en paz y ser más productiva mientras creo un curso en línea en muy poco tiempo, planeo talleres en tres países diferentes, escribo un libro, trabajo con mis clientes, manejo mi negocio, manejo un equipo de trabajo de tres personas, planeo varios viajes familiares a USA, Europa y África para este año, mientras son madre, busco espacio individual para cada una de mis hijas, me conecto con mi esposo y manejo la casa. Esto me ha permitido ser mucho mas pacífica, jovial y espontanea.

Mi cuerpo me está enseñando a fluir. Después de años  de tratar de usar mi miente para manejar mi ansiedad, estoy dejando que mi cuerpo haga el trabajo y los resultados me han sorprendido.

¿Qué hay de ti?, ¿qué te ayuda a manejar tu ansiedad?

¡Me encantaría saber sobre ti! Comparte lo que piensas dejando un comentario abajo o búscame a través de mi correo natalie@nataliematushenko.com.

¡Feliz martes!

 
xoxo,

Natalie

 

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