§ We came to this world to LIVE OUT LOUD!
Cuando nuestros lentes rosa se caen
El verano siempre me hace pensar en las relaciones. Probablemente porque tiendo a pasar mucho tiempo ininterrumpido con mi esposo e hijas en esta temporada.
Este verano estamos en un buen momento. Mi esposo y yo nos estamos acercando cada vez más y cambiando algunos viejos paradigmas en nuestra relación. Se siente bien estar creciendo y aprendiendo juntos. Me recuerda que de esto se trata una relación desde el alma.
No siempre es agradable o cómodo cuando presionamos los puntos álgidos de cada uno o nos enfrentamos a nuestra propia naturaleza que juzga y es crítica. Pero nos obliga a crecer y ser más y más capaces de amor puro e incondicional.
Una de las cosas que me encanta de tener más de 40 años, es que esta es la década en que nos quitamos las gafas de color rosa y comenzamos a ver las cosas como son.
Cuando tenemos 20 y 30, los estrógenos están elevados en nuestro cuerpo, lo que nos empuja a ser «buenas» y nos llevamos bien por temor a ser expulsadas de la tribu. Nuestros cuerpos realmente no se han puesto al día con la vida moderna o el hecho de que las mujeres ahora pueden elegir cómo quieren vivir en algunos lugares del planeta.
Sin embargo, en los 40, esos estrógenos disminuyen y a menudo, comenzamos a sentir un gran descontento en nuestras relaciones. Comenzamos a notar cuánto parece que nuestra vida gira en torno a las necesidades y los deseos de nuestras parejas, cuán poco apreciadas somos por todo lo que hacemos por nuestros hijos, cómo nuestros jefes nos tratan y cuán poco nos apoyan algunos de nuestros “amigos“.
Nos molestamos, nos frustramos y tal vez incluso nos ponemos muy enojadas.
Deseamos tiempo para nosotras y con nosotras mismas, para acallar las opiniones y las voces de todos los demás. Anhelamos escuchar la voz tranquila de nuestra propia alma.
Comenzamos a expresar nuestras opiniones, haciendo de nuestras necesidades una prioridad, diciendo “no“ a las personas y actividades que agotan nuestra energía o simplemente son “mmmm”.
A veces, no somos tan agradables al respecto. Hemos estado calladas durante tanto tiempo que cuando finalmente hablamos, podemos culpar, gritar o incluso enfurecer.
Esto a menudo crea mucha turbulencia por un tiempo. Los que nos rodean rara vez dicen: “Gracias por establecer esos límites. Solo estaba esperando que hicieras que tus necesidades fueran tan importantes como las mías (o aún más importantes)“ o “Gracias por decir “no“ cuando te pedí que _____________ (llena el espacio en blanco: contribuya con un billón de horas en el colegio para recaudar fondos o asumir este proyecto adicional en el trabajo o asistir a un evento social realmente aburrido y largo)“.
Ten la seguridad que todo esto es normal.
Es parte del proceso de calibración, de aprender a honrar tus propias necesidades, tanto en las relaciones, como las tuyas propias; de aprender que aún puedes dar a los que amas pero SOLO después de llenarte a ti misma.
Es el momento de preguntar:
¿Qué es lo que realmente quiero?
¿Qué necesito realmente?
¿Qué necesita mi cuerpo?
¿Qué me hará feliz?
¿Qué me hará sentir viva?
¿Cómo puedo honrarme completamente?
Si supiera que solo me queda 1 año más de vida, ¿en qué gastaría mi tiempo?, ¿cómo sería realmente yo?, ¿con quién pasaría mi tiempo?
Y luego ve y vive las respuestas a estas preguntas.
Como siempre, me encantaría saber de ti, así que siéntete en libertad de dejar un comentario abajo o búscame a través de mi correo natalie@nataliematushenko.com.
¡Feliz Martes!
Natalie